Cada vez más son las personas interesadas en profundizar en el sonido como un camino para sanar nuestra alma, expandir nuestra consciencia y conectar con nuestra propia Divinidad. Especialmente, el sonido de los cuencos cantores lleva fascinando desde hace ya mucho tiempo a la Humanidad por su capacidad para relajarnos, equilibrarnos e inducirnos a un estado de armonía, quietud y felicidad. Estos maravillosos instrumentos actúan a un nivel tanto físico como espiritual, calmando nuestra mente, limpiando nuestro cuerpo energético, aliviando tensiones y devolviéndonos a nuestro estado primordial de conexión con la Fuente de la que todos procedemos, recordándonos que somos, por encima de todo, vibración, pura Luz encarnada en materia. El sonido de la Gran Campana nos lleva de regreso a Nosotros Mismos.